martes, 1 de abril de 2008

Juli, cuna del vocabulario aymara

Juli, cuna del vocabulario aymara
Raúl Anchapuri Collatupa (*)

Así como en otras partes del mundo, también el espacio andino fue sometido a la evangelización desde la llegada de los colonizadores. Juli es parte de esta historia. Los Jesuitas y la Compañía de Jesús toman posesión de la residencia de Juli en 1576, a solicitud expresa del Virrey Toledo.
Posteriormente, en 1585, cuando Ludovico Bertonio tenía 28 años, es destinado a la doctrina de Juli para la evangelización de los indios lupaqa (MP III: 675; Isla, 1986: 63); su ocupación en Juli, junto a otros jesuitas, era el adoctrinamiento de los indios, según testimonia una carta dirigida al padre Fabio de Faviis, provincial de Roma (Isla, 1986: 69).
Juan Ludovico Bertonio nació en 1557 en Rocca Contrada (antes Arcevia), provincia Marca de Ancona (hoy simplemente, Ancona). Vivió en Chucuito, junto al lago Titicaca, más de 30 años y, en total, más de 40 años en el Perú; murió en Lima en 1625, a los 68 años de edad. Bertonio, junto a otros misioneros jesuitas, aprendió el aymara en el Seminario de Lenguas de Juli, en la necesidad de hablar con soltura y elegancia la lengua aymara. Sostiene con firmeza que ‘el pastor de almas está obligado a saber bien y usar correctamente la lengua de los aymaras por su responsabilidad de enseñar la verdad evangélica y administrar los sacramentos.
El manejo no adecuado de la lengua de los indios conlleva el peligro de enseñar doctrina falsa y errónea en lugar de la católica y verdadera. La obra mas importante y difundida de Ludovico Bertonio es el libro nombrado “vocabulario de la lengua aymara”, impreso en Juli en el año 1612, en la casa de la compañía de Jesús, en los talleres de la imprenta de Francisco del Canto; a través de ésta obra, hace conocer al mundo entero, la manifestaciones de la población de la zona aymara, su lengua materna, que hoy por hoy son valores incalculables. La vida del célebre jesuita Ludovico Bertonio es elogiada por muchas autoridades y personalidades estudiosas de la época contemporánea, así tenemos a: - Monseñor Eduardo Feder obispo de la prelatura de Juli, en su obra, “Monografías de Juli”. - Padres Domingo Yanqui Chana en su obra “La cultura o afirmación de la identidad” - El Profesor Ubaldo Castillo Espezúa, resalta en su obra “Juli y el genial Ludovico Bertonio”. - El profesor y periodista Pedro Antonio Villegas Berroa en su Obra “Pensamiento y sentimientos aymara”. - El Dr. Rubén Espezúa Eduardo entonces alcalde de la provincia de Chucuito – Juli; en sesión solemne del día 3 de junio de 1953 (según el tenor sentada en el libro de actas) en honor a éste celebre Jesuita Juan Ludovico Bertonio, en honor a la labor desplegada, denomina a la plaza de armas de Juli, “plaza mayor Ludovico Bertonio”. Así entre otros estudiosos ponderan a Ludovico Bertonio.
El Vocabulario de la Lengua Aymara, en su primera parte, está ordenada por abecedario. Colocan en primer lugar los Vocablos de la Lengua Española para buscar los que les corresponden en la lengua Aymara. La segunda parte del Vocabulario está configurada con las entradas del léxico aymara ordenadas por orden alfabético, aunque este ordenamiento no es riguroso.
Bertonio hace hincapié en la pronunciación y en la escritura de los vocablos aymaras. Señala el orden alfabético de las letras y las sílabas con que comienza esta segunda parte: A, Ca, CCa, Ka, Co, Cco, Ko, Cu, Ccu, Ku, Cha, Che, Cche, Chi, Cchi, Cho, Ccho, Chu, Cchu, Chhu, E, Ha, He, Hi, Ho, Hu, Hua, I La, Le, Li, Lo, Lu,, Ma, Me, Mi, Mo, Mu, Na, Ne, Ni, No, Nu, ña, ñe, ñi, ño, ñu, O, Pa, Pha, Ppa, Pe, Phe, Ppe, Pi, Phi, Ppi, Po, Pho, Ppo, Pu, Phu, Ppu, Que, Qhue, Ke, Qui, Cuy, Ki, Sa, Se, Si, So, su, Ta, Tha, Tta, Te, The, Tte, Ti, Thi, Tti, To, Tho, Tto, Tu, Thu, Ttu, V, Ve, Vi, Vo, Vu, Ya, YE, Yi, To, Yu. No cabe duda, para uno no familiarizado en este alfabeto, que éste resulta bastante complicado en su legibilidad. Aún así, en la labor de evangelización a los naturales, los jesuitas ensayaron la evangelización en la zona aymara. “Achachilanakasan achachilanakap jan kuns katulik yusapat yatiqxipana, tata kuranakax arsüwinakapat yatichañatakix nayraqatax latin aruta, ukatx kastillan arut yatichañ qalltawayapxatayna.” El Vocabulario de la Lengua Aymara en su parte aprobatoria señala como “una obra muy necesaria, así por las muchas naciones que se doctrinan por medio de esta lengua fechada en Lima, el 30 de agosto de 1610” (Francisco Contreras, por “comisión de su Excelencia”).
La lengua aymara es considerada, por muchos, idioma de estudio por los investigadores. Su característica principal radica en que se busca en la lengua aymara un medio para entender el lenguaje de las máquinas. Ese requisito es proyectado para aquellas lenguas que carezcan de ambigüedad y sea en algún momento posible automatizar traducciones. Por esta razón, la lengua aymara, si bien no ha sido valorada por nuestra gente aymara, no se descarta que en EEUU, existan diversos institutos de idiomas donde la lengua aymara sea estudiada con gran interés, en razón a que es uno de los pocos idiomas que sólo tiene reglas y no excepciones, muy diferente al ingles que tiene más excepciones que reglas.
(*) Algunos párrafos pertenecen al texto Vocabulario de la lengua aymara de BERTONIO, P. Ludovico. Cochabamba, Bolivia: Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), 1984. (En: Español, Ayamara).