jueves, 6 de agosto de 2009

DIABLADA PUNEÑA

Puno reivindica la Diablada y señala los orígenes y significado de esta danza



La Diablada, danza sazonada de leyenda, mito, tradición y religiosidad, es una evidencia irrebatible del sinccretismo que se cultiva en el altiplano. En la actualidad los focos mas importante de su practicase se dan cada, es de febrero, en Oruro, Bolivia, en honor a la Virgen del Socavón; y Puno, Perú, en honor a la santísima Virgen de la Candelaria.

Estudiosos manifiestan que en esta danza se evidencia la lucha del mal personificado por los diablos y el bien representado por el arcángel San Miguel. Respecto al origen podemos decir que se remonta muchos años antes de la llegada de los españoles, por ello se advierte la presencia mas que del diablo, de un ser benefactor, dueño de riquezas del subsuelo conocido como -según la cosmovisión andina- Tío, Anchancho, Uyhuiri, Markani.

El velo oscuro del tiempo hace que el origen genuino de esta danza de pierda en el horizonte de la mano del cronista. Podemos relatar, sin aseverar, que en el mundo andino con la llegada de los españoles se inició un proceso de transculturizacion, mediante la extirpación de idolatrías y conversión de los conquistados para imponerles una nueva religión satanizando a sus deidades andinas. Obligándoles a creer en un diablo que se revela y enfrenta vanamente a Dios. Diríamos que la Diablada tiene sus inicios con la llegada de los españoles y las misiones jesuitas que adoctrinaban a los nativos y uno de sus mayores centros fue la actual ciudad de Juli, en la provincia de Chucuito, no por nada llamada la pequeña roma de América por poseer varias iglesias.

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